lunes, 30 de junio de 2008

Cruces del camino

No soy político. No me considero mucho menos líder en esta área y por eso me doy la libertad de equivocarme olímpicamente en mis opiniones. Tonto el que pueda apegarse a una de ellas. Y ojo que no es disculpa sino más bien advertencia al incauto.

¿De qué quiero hablar? Ahora mismo estuve esperando a una persona que llegase a casa pendiente que nada malo le hubiera pasado en el camino. Ella misma me contó que mi papá se había preocupado de que llegase a su destino segura y por eso, había llamado al domicilio donde iba a estar en una cena. Es decir, ya los guayaquileños tenemos todo un sistema de acciones y patrones que serían absurdos en otras sociedades e incluso indelicados por demasiada curiosidad e intromisión.

Aquí vivo, en la ciudad de Guayaquil. Donde ahora la gente se preocupa de mirar dos, tres, cuatro veces y a todo lado deseando que no sea presa de un asalto. Mucho menos de un caso criminal. Nadie, y entiéndase bien, nadie sale de su casa pensando que se convertirá en víctima. La prudencia quiere evitarla pero no esperarla. Y al ver el periódico no dejo de pensar el asalto que los familiares de un victimado recibieron cuando le robaron la vida de su ser amado.

Nadie lo niega. Ecuador no es un país seguro. No sea tonto usted que es de otra ciudad pensando: "Eso es problema de Guayaquil porque acá en Quito somos cultos" (aplíquese a otras ciudades). Vale hacer la comparación de la pierna que se burla de la mano gangrenada, contenta de que no le pasa lo mismo por ser más cuidadosa. Por qué algo así siento en este país. Lo experimento así cuando un conductor me trae desde Ventanas y al llegar a mi ciudad suelta toda clase de quejas hacia la misma sin siquiera pasar un lapso prudencial de vivencia. Por suerte, Ventanas me pareció linda como ciudad pero nadie se quejó que hablase bien. Yo acá salto si hablan mentiras de mi querida casa.

Pero qué la produce. Caminé y bueno, podría ser la pobreza más no es la razón. Pensé un poco más y atiné a exagerar en posibles mafias deseosas de matar a diestro y siniestro. Tampoco me convenció como origen de tanto crimen. Seguro pasaron también: desempleo, miseria, etc. Al final, como razón última me dije que todo tenía origen en una de las anteriores: la falta de puestos de trabajo. Pensé en el más despiadado, desalmado contando su dinero, sin dejar pasar algo para su casa, para su hogar. Será que abriendo más plazas, más oportunidades laborales, más empresas y movimiento de capital en el mercado, más demanda de profesionales, ¿la delincuencia bajaría a porcentajes nunca pensados? No sé. Y más preguntas se me amontonan en fila.

Mientras tanto, atranco bien la puerta antes de dormir. Dos vueltas al cerrojo de la puerta exterior y claro, seguros a las interiores. Alarma en mi automóvil. No regreso por el mismo camino siempre. Las altas horas de la noche están destinadas al descanso y no para caminar.

Falta decisión de cooperación. Nuestro alcalde ha dicho que la corporación para la seguridad ciudadana no fue solicitada por la policía y que si ellos no desean, no pueden hacer nada. Entonces, si así hubiera sido con el alcantarillado, ¿también se hubiera quedado de brazos cruzados? Lo mismo con la competencia de las calles y la pelea del puente aquél. Falta realmente deseo. De parte y parte. Del gobierno porque textualmente su gobernador en el Guayas se congratulaba de haber quitado "el protagonismo" al municipio; y por su lado, el cabildo de no ponerse bien los pantalones y pedir la competencia o pelear por el bien del tercero que en este caso son sus ciudadanos guayaquileños. Acá nos estamos muriendo y gente que no quería morir.

Desde el escritorio la muerte es un número cómodo. No se acostumbre que usted podría ser el próximo.

domingo, 8 de junio de 2008

¿Y si gana el no?

Creo que no recibí o perdí el memo que explicaba lo que era el famoso candado constitucional que anterior al tiempo de la Asamblea Constituyente, evitaba que se hicieran reformas a nuestra Carta Magna. Si alguien fuese tan amable de explicarme, pero en palabras planas, para oídos de pueblo que en esta entrada me sería útil para lograr algunas soluciones.
¿Y si gana el no? Esa es mi pregunta. Si en el referéndum, el pueblo se pronuncia negativamente al trabajo en consenso realizado por los señores asambleístas, ¿qué haremos luego los ecuatorianos? Por supuesto, no quedarnos cruzados de brazos. Entramos en una corriente de cambio y tropezar con una represa que quiera frenar esta fuerza sería fatal. Definitivamente, la constitución tendrá que ser reformada para que se contextualice a los cambios que estamos experimentando en aspectos sociales, económicos, tecnológicos, etc. Tal vez, para empezar esta entrada más apropiadamente, puedo imaginar los diferentes entornos de una respuesta negativa.
La primera, un presidente cobarde que renuncia a su puesto porque no sabe o no cree poder trabajar con condiciones no gratas a su gestión y sin la mayor herramienta de su lado. Es decir, una Constitución hecha a la medida de sus necesidades. Me doy cuenta que "la mentira repetida mil veces se convierte en verdad" cada vez que el Econ. Correa habla. Cuando dice, por ejemplo, que la delincuencia (por citar uno de tantos), está bajando (en particular en Guayaquil) cuando los que vivimos en la ciudad (él no) sabemos que no podemos andar, sea de día sea de noche, tranquilos y libres. Estoy seguro que a estas alturas de la repetida amenaza "si no es como yo quiero, renuncio", más de un adepto a tal idea está favorable al pensamiento de un primer mandatario renunciante. Otro desacierto más cortesía de la mediocridad. Un cambio más que se necesita hacer en la constitución nueva. No permitir que cualquiera pueda llegar a sentarse en potenciales tronos de oligarquía. Y así, llego a mi segundo escenario ficticio.
El congreso será restaurado y el pueblo no querrá que regrese la antigua estructura tan repudiada. Se tomarán atribuciones, con la diferencia que si bien antes teníamos un presidente con constantes señas de resentimientos sociales (a los ricos, a los opositores), veremos un congreso lleno de resentidos. Un mal grande para el país es la polarización de poderes. Tres en concreto que no tienen fórmulas contemporáneas para que puedan trabajar en sinergia. Es importante, que así como el poder ejecutivo, también otras instancias de poder (incluso ya vemos la ridícula potencia en manos del Tribunal Electoral al destituir a los diputados inconstitucionalmente) no puedan acaparar el timón de destino de esta barca llamada país. Una nueva carta constitucional no puede hacerse con fecha límite sino que por sentido común, porque el ser humano es sujeto de cambio, tiene que prever la constante evolución de los tiempos y espacios, del pensamiento y el querer, de los seres en modo universal.
Soy educador y una de las premisas que suelo poner en el salón de clases (físico y virtual) es: los problemas se quedan en la puerta; las soluciones y el diálogo son bienvenidos. Ante una situación (o varias), existirán tres, cuatro, miles de posibles maneras de llegar al éxito. Este país necesita más creatividad, más apertura de mente. Menos temor del fracaso y del error (ambos controlables) para atreverse a intentar a propuestas (insisto, propuestas y no imposiciones) que permitan educar al pueblo.
Estoy seguro que en un mundo de colores básicos, la existencia del verde podría ser utópico, el morado podría ser blasfemo, y el naranja retrógrado. Pero están ahí, existen y el país no puede cerrarse a tres miserables maneras de pensar. Necesita ver la riqueza de los colores y en su belleza.
Si gana el no, podría pasar algo no contemplado aquí. Y si gana el no, ¿qué podría pasar?

domingo, 1 de junio de 2008

Lo mío, lo tuyo, lo nuestro

Art 1.-Tipos de propiedad y Función Social. Para la organización de la economía y la sociedad. El Estado reconoce y garantiza la existencia y el derecho a la propiedad en sus diversas formas: privada, comunitaria, estatal, social, cooperativista, pública y mixta. Todas deberán cumplir la función social y ambiental.

Y yo me pregunto como ya todo el Ecuador responsable lo está haciendo: ¿qué es función social y ambiental? Por supuesto, cualquiera podría esgrimir una idea pero yo sin ser experto ni lego, sé que en leyes nada se presume.

Claro está, hay una glosa a tal artículo que pide (ojo que el verbo en mención es: deber) que la propiedad satisfaga las necesidades de la sociedad. O sea, mi cepillo de diente, mi automóvil, el periódico que compro, el televisor que usted tenga último modelo "deberán" satisfacer las necesidades de la sociedad. Esto va en contra de cualquier principio inherente al ser humano (véase los derechos humanos declarados por la ONU y la OEA).

Desde ahí, ya tengo un no claro. No puedo permitir que el día de mañana el terreno que tengo comprado en la playa me sea expropiado porque es para satisfacer mis necesidades de esparcimiento.
Ya bastante esfuerzo fue pagar poco a poco ese solar que ahora venga un vago, sin más razón que su decidia para quitármelo. Más de uno de izquierda pueda decir que el principio de justicia de los pobres pide que ceda mi espacio. No es exageración cuando tenemos un presidente que insulta a los adinerados (y a cualquier ignorante también). Y de ahi, el resentimiento social crea la ilusión que cualquiera que tenga más que yo es oligarca.

Si es de mejorar ese artículo en la constitución, ¿por qué no quitan la última oración? Es mejor hacer otros que protejan las necesidades de la sociedad así mismo como el entorno de tal manera que estas obligaciones no vengan de la propiedad sino del individuo que las posee. Creo que los impuestos son una forma de redistribuir la riqueza. Existen mecanismos para que la sociedad se beneficie a través del esfuerzo del individuo. Están los incentivos tributarios. Se pueden crear una constitución con orientación social preparando el terreno para que la misma tenga trabajo, educación, salud. Ellas no parten de la propiedad de por sí, sino de otros generadores como son en primera instancia el ESTADO, la empresa privada, la inversión extranjera, etc. Estas estructuras nuevas tienen olor a comunismo. Me uno a la voz de otros que estamos retrocediendo con esta asamblea si siguen redactando estos articulados.

Es mi deseo que el debate de la asamblea permita que argumentos inteligentes tengan su espacio, sin restricciones de política ni agendas presidenciales. El arma que tengo para defender mis derechos NATURALES es mi voz y la capacidad de conscientizar a otros para llegar a un voto responsable en el próximo referéndum.