El domingo último de septiembre viajé a la capital por trabajo y bueno, más de uno pensaba darme sus condolencias por la derrota del no ante el referéndum de la nueva constitución. Bromas iban a expensa mía. Las tomaba con mucha altura y no dejaba incluso de seguir con una sonrisa cada una de ellas. Yo tengo clara mi postura y pienso que no es conveniente para el país la constitución que ha sido aprobada mas no puedo quedarme en el pasado sorteando posibles triunfos de haber hecho esto o aquello para que el resultado haya sido diferente. No y no es conveniente para nadie vivir así. Estoy consciente que el ser humano tiene muchos derechos. La Organización Mundial de las Naciones ha declarado algunos que deben ser conculcados por la sociedad: libertad, propiedad, educación, vida, etc. Esta constitución algunos no los garantiza en forma clara.
Entramos a nuevos tiempos pero no significan que sean novedosos. Antes el ser humano ha visto la tiranía pintada en diferentes tonos, misma aprobada por el pueblo y revocada por otros del mismo. No quiero decir que ahora vivamos una (sin que tampoco signifique lo contrario). No es el punto de este escrito. Sino que la palabra cambio por cambio no conlleva ningún adjetivo positivo.
No sé de leyes y me siento más perdido a la hora de hablar de economía. Sé que vivo ahora en una sociedad, en un estado que cuida penalmente sus tributos a través de Rentas Internas. Un país que se jacta de regalar al pobre dinero, duplicar sus bonos, ofrecer créditos (simbólicos o no), y experto en criticar la postura ajena que no vaya alineada a sus intereses. Al mismo tiempo, que el extranjero no ve garantías para invertir, que el precio de la canasta se ha encarecido y las oportunidades laborales se reducen a sueldos ridículos. Qué puedo hacer. No aparecerá un "chapulín colorado" pero sí sé que la voluntad del individuo es multiplicante cuando está consciente, alerta.
El trabajo de hormiga, de persona a persona, es el que me gusta más. No soy de tarimas porque me podría caer (más que físicamente en una burrada intelectual con sabor de craso error). El reto de estar frente a frente, incluso si la razón me dice que es una pérdida de tiempo, es el camino apropiado para la educación de personas que puedan cuestionarse los derechos del prójimo, del conciudadano, del entorno, de sí mismo.
Una vez aprendí que no vale discutir con el pensamiento contrario porque resulta en la afirmación del otro en nuevos argumentos que radicalizan su postura. Pero también aprendí que si no me expongo al debate, mis ideas podrían perder un lenguaje más contemporáneo. Así, bienvenida la discusión, la duda. Y que así, de uno a uno que en apertura se construya este país.
Yo espero que el próximo presidente logre lo que éste no. Reunir a una sola nación y arengar fuerzas para trabajar juntos. Que Ecuador llegue a ser un país ubicado en el mapa por sus oportunidades de negocio y que nos convirtamos realmente en la tierra madre a la cual tanto migrante anhela volver.
Entramos a nuevos tiempos pero no significan que sean novedosos. Antes el ser humano ha visto la tiranía pintada en diferentes tonos, misma aprobada por el pueblo y revocada por otros del mismo. No quiero decir que ahora vivamos una (sin que tampoco signifique lo contrario). No es el punto de este escrito. Sino que la palabra cambio por cambio no conlleva ningún adjetivo positivo.
No sé de leyes y me siento más perdido a la hora de hablar de economía. Sé que vivo ahora en una sociedad, en un estado que cuida penalmente sus tributos a través de Rentas Internas. Un país que se jacta de regalar al pobre dinero, duplicar sus bonos, ofrecer créditos (simbólicos o no), y experto en criticar la postura ajena que no vaya alineada a sus intereses. Al mismo tiempo, que el extranjero no ve garantías para invertir, que el precio de la canasta se ha encarecido y las oportunidades laborales se reducen a sueldos ridículos. Qué puedo hacer. No aparecerá un "chapulín colorado" pero sí sé que la voluntad del individuo es multiplicante cuando está consciente, alerta.
El trabajo de hormiga, de persona a persona, es el que me gusta más. No soy de tarimas porque me podría caer (más que físicamente en una burrada intelectual con sabor de craso error). El reto de estar frente a frente, incluso si la razón me dice que es una pérdida de tiempo, es el camino apropiado para la educación de personas que puedan cuestionarse los derechos del prójimo, del conciudadano, del entorno, de sí mismo.
Una vez aprendí que no vale discutir con el pensamiento contrario porque resulta en la afirmación del otro en nuevos argumentos que radicalizan su postura. Pero también aprendí que si no me expongo al debate, mis ideas podrían perder un lenguaje más contemporáneo. Así, bienvenida la discusión, la duda. Y que así, de uno a uno que en apertura se construya este país.
Yo espero que el próximo presidente logre lo que éste no. Reunir a una sola nación y arengar fuerzas para trabajar juntos. Que Ecuador llegue a ser un país ubicado en el mapa por sus oportunidades de negocio y que nos convirtamos realmente en la tierra madre a la cual tanto migrante anhela volver.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con lo que has escrito. Me gusta mucho la formalidad que mantienes en tu blog, es muy distinto a lo normal.
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