miércoles, 26 de mayo de 2010

Comida aprovechable

Recurro ahora a los economistas, abogados, contadores, gerentes que lean esta entrada. Estoy seguro que muchos de ustedes conocen lo que es un restaurante de cómidas rápidas donde lo que interesa en el producto es la frescura del mismo para ser consumido y marcharse al poco tiempo del establecimiento.

Tal vez usted esté familiarizado con el destino de la comida no aprovechada o preparada fuera del tiempo regulado por la franquicia: la basura. Es comida definitivamente. Es comida en buen estado y aprovechable. Tal vez, tal vez sólo necesite un poco de refrigeración. Entonces, por qué el llamado de atención a los profesionales en el inicio de esta entrada. Para que digan la factibilidad de que estos alimentos puedan ser re-aprovechados con incentivos para estas empresas. Incentivos, me gusta esta palabra. Incentivo tributario mucho más. Incentivo empresarial para hacer crecer la empresa (¿existe un termino así?).

No sé si el miedo de que esta comida sea re-usada sea que se concentren fuera de los restaurantes cientos de mendigos y aprovechadores, y así dañar la imagen mácula de estos espacios. Tienen su razón pero como a cada problema una o varias soluciones dan salida a los mismos. Sé que incluso hay supervisores que hacen inventario de lo que entra y sale por lo que meterse a los bolsillos comidita para la casa es impensable.

Ahora, aquí mi propuesta. Si hubiera reformas tributarias que incentiven a estas empresas donar sus productos ya preparados, no entregables al consumidor final, pero en estado apto para el consumo; que incluso haya contabilidad que registre cuánto y cuándo son entregados estos alimentos; que haya una inscripción de sitios a los cuales se les haga llegar esta comida que si bien o mal al menos alegraría a un orfanato, un asilo de ancianos, una casa de enfermos terminales, hospitales, etc. el comer una pizza, una hamburguesa, tacos, un helado, en fin, golosinas que el pobre considera lujos y el común de la clase un gustito de fin de semana.

Recuerdo que a mis 6 años sólo había un Burger King en la ciudad de Guayaquil en la ciudadela Urdesa y mi papá dijo que su jefe le había invitado a comer ahí. Él me había guardado un poco de su malteada. Esa palabra extranjera que solo la había escuchado en series televisivas de los '70 y que no sabía qué textura, sabor o color tendrían, y que finalmente en esa malteada guardada, rescatada por mi papá, haría que mi curiosidad llegue a su fin.

Estimulo e invito a que se canalicen todos los esfuerzos para que primero, se aprecie el valor del alimento y no se lo bote a la basura frente a los ojos de tantos empleados que se desensibilizan día a día. No hagamos eso con nuestros jóvenes trabajadores del país. Hagamos del valor del alimento prioridad y usted como consumidor también participe de esta iniciativa. Elija restaurantes que participen más en beneficio de la comunidad.

martes, 25 de mayo de 2010

Honradez y Hambre

Me gustó mucho este artículo que lo transcribo. Su fuente aquí.

Nueva política de cadena de panaderías: 'pague lo que quiera'


Una cadena de panaderías y restaurantes está poniendo a prueba el altruismo de la gente con una osada iniciativa, en la que no cobra un precio fijo por sus productos, sino que deja que el cliente pague lo que quiera.

Panera Bread puso en marcha una empresa sin fines de lucro cuyos locales, que combinan panaderías con restaurantes de comidas rápidas --sobre todo sándwiches, ensaladas y sopas--, ofrecen el mismo menú que sus otros 1.400 locales. La única diferencia son los precios. De hecho, no hay precios.

Se le pide al cliente que done lo que le parezca justo, ya sea el precio del producto, un centavo o 100 dólares.

Panera acaba de abrir un local en Clayton, un suburbio de clase alta de San Luis, que espera sea el primero de muchos a ser inaugurados en todo el país.

Ha habido otros experimentos similares que funcionaron. El restaurante One World de Salt Lake City opera como una iniciativa sin fines de lucro, en la que el cliente paga lo que quiera, desde el 2003, según su fundadora Denise Cerreta.

Cerreta trabaja para una fundación que asesora a otros restaurantes similares en todo el país. Dice que los restaurantes no son invadidos por personas de bajos recursos que no pagan nada y que se mantienen a flote a partir de un sistema basado en la moral y ética del cliente.

"De algún modo se mantienen", expresó Cerrata. "La gente es buena y quiere contribuir".

El restaurante piloto de Panera en Clayton es operado por una fundación sin fines de lucro. Si se sostiene, Panera abrirá más locales de este tipo. Todo dependerá de si el cliente hace caso al lema que cuelga en una pared: 'Llévese lo que necesite, pague lo que considere justo'.

Panera espera abrir locales de este tipo en todas las comunidades donde opera. Otras iniciativas sin fines de lucro operan cocinas comunitarias, en las que el cliente paga lo que puede, y la idea prendió entre numerosos amantes de la buena comida y filántropos. Pero Panera va más allá, ya que sus locales aprovecharán el sistema de distribución de la empresa y tendrán acceso a abastecedores que cubren todo el país.

El primer local se llama St. Louis Bread Co. Cares, el viejo nombre de la cadena, que todavía es empleado en la ciudad donde nació. Los clientes reaccionan con una mezcla de asombro y satisfacción ante este nuevo concepto.

Dawn Frierdich, de 52 años, compró tres panes grandes y un té frío. Cuando preguntó cuál sería el precio normal de ese pedido, el cajero Michael Miller le dijo 12 dólares, al tiempo que le recordó que no tenía que pagar esa suma, sino lo que quisiese.

Frierdich intentó entregarle los 12 dólares, pero el cajero la pidió que los colocase en una caja con donaciones.

"Es medio extraño. Cuesta hacerse a la idea de que funciona así", comentó Frierdich.

Cerca suyo, un muchacho hablaba con alguien por su teléfono celular. "En serio, no cobran impuestos ni nada".

La clientela del local de Clayton combina abogados y ejecutivos bancarios que ganan sueldos altos con empleados de esas firmas, de los tribunales y de dependencias municipales de la zona, así como gente de paso que va a esas oficinas. El cajero Miller dijo que la mayoría de los clientes pagó el precio normal el lunes, primer día de operaciones, y que algunos pagaron un poco menos o incluso la mitad.

Todos los costos serán cubiertos por la fundación sin fines de lucro que creó Panera. Dado que es una iniciativa sin fines de lucro, suponiendo que la operación fracase y dé pérdidas, éstas no deberán ser absorbidas por la casa matriz de Panera.

viernes, 14 de mayo de 2010

El yo libre

Desde hace más de un año, no recuerdo bien, tal vez dos o más vengo leyendo el blog "Generación Y" de Yoani Sánchez. Relata ahí su vida en Cuba desde la verdad que muchos intentan callar, tapar a violenta de golpes. Una mujer, una flaca, una cubana.

Hoy en particular quiero compartir dos vídeos que ha publicado en su entrada reciente. Me llama mucho la atención las frases que me recuerdan y renuevan cosas que damos por sentado: coacción y libertad; policía y política. Qué es cada cosa. Qué debe hacer cada quien.

Primero, somos seres libres incluso así un mundo entero trate de callarnos, vamos con la persona del "yo" a todas partes y en fin de cuenta ese yo es tan real como nosotros lo queramos defender. Ella es fuerte porque sabe que se tiene así misma aunque la conculque todo un sistema opresor.

Segundo, y continúa el texto anterior, la policía está al servicio del pueblo y no puede ser jamás sujeta de mentalidad política aunque reciba órdenes de un político que está por voto popular en un puesto.

Les invito de corazón terminar oír todos los dos vídeos que he puesto aquí de youtube para que tengan claro su verdad, su realidad y luego, la pueda usted contrastar con la suya.



Finalmente, me queda la esperanza del cambio versus el conflicto de ser valiente justo cuando haga falta.

jueves, 6 de mayo de 2010

Liporia

Me avergüenzo de mi país. Enfáticamente me declaro contrario a una ley que encierre ancianos (o cualquier otro) en su domicilio por delitos que no han cometido. Es contrario al sentido común y toda lógica de justicia.

En esta ciudad falleció un anciano, Cayetano Cedeño, de 95 luego de que junto a su esposa permanecieran en arresto domiciliario por ser endilgados de la pensión alimenticia que su hijo faltara en cumplir. Otra ley más que debe ser derogada (como la absurda ley de qué es robo y qué no) más allá que haya o no constitución (otro asunto de injusticia) que la respalde.

Éstas son las leyes de Ecuador. Vergüenza ajena.